Se leal a tu paz mental


Ilustración: Hulya Ozdemir

Hace un tiempo atrás vengo revisando y observando mis pensamientos durante algunos momentos del día, especialmente en la mañana a penas despierto y cuando me voy a acostar. Me doy cuenta que ellos en alguna medida determinan mi día, cómo me siento y el humor en el que estoy durante el resto de las horas que siguen. Muchas veces despierto en la mañana con un pensamiento obscuro, una sensación incómoda, angustia, enojo, alguna inquietud constante, al observarlo me doy cuenta que puedo cambiarlo, entonces me repito ciertas afirmaciones positivas o simplemente me digo cosas para calmarme, como se las diría a mi hijita de cuatro años cuando viene a mi cama por las noches por una pesadilla, esas frases me reconfortan y me hacen recuperar mi paz interna, me hacen sentirme acompañada y sostenida.

Trato de mantenerme atenta cuando nuevamente durante el transcurso del día pierdo la paz interna para volver a re establecerla en mi interior, con la creencia de que la paz siempre está ahí,  disponible para ser tomada en cualquier momento, no dependiendo de las circunstancias externas. Este es un ejercicio difícil ya que tendemos a mirar al exterior cuando estallan nuestras emociones, creemos que ellas vienen de lo que pase en nuestra vida, por ejemplo: "estoy feliz porque me dieron una buena noticia" o "estoy triste por que estamos en crisis, por la pandemia". No nos damos cuenta que vemos todo desde nuestra percepción, como si tuviéramos unos inmensos anteojos puestos que son nuestras interpretaciones del mundo, las cuales son subjetivas y dependen en gran medida de nuestra crianza, de cómo nos enseñaron nuestros padres a ver el mundo, de nuestras experiencias en la vida. Aunque no lo creas, esta es una buena noticia ya que esto quiere decir que si están dentro de ti, puedes cambiarlas. Este es nuestro poder, cambiar la manera en que vemos el mundo, para verlo bello, amplio, lleno de  esperanza y posibilidades.


En la noche vuelvo a revisar mis pensamientos, los observo y trato de dormirme con algún pensamiento dulce, si no lo tengo a la mano hago alguna meditación donde me regalo amor y bienestar para luego compartirla con todo el mundo... no es que la reparta intencionalmente, sino que se da espontáneamente, cuando te regalas amor a ti misma, irradias amor a todos los demás, es muy bonito ¿Has intentado hacerlo? Cuéntame cómo te va... te leo hermosa. 

















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